Diario La Nación – Sección El Mundo - Por Elisabetta Piqué
No a la plaga del narcotráfico que favorece la violencia; no a los "mercaderes de la muerte, que siguen la lógica del poder del dinero a toda costa"; no a la liberalización del consumo de drogas, "como se está discutiendo en varias partes de América latina". Desde lo que calificó como un "santuario particular del sufrimiento humano", el Hospital San Francisco de Asís, de esta ciudad, donde tratan a indigentes y adictos a las drogas, Francisco volvió a ponerse ayer del lado de los marginados, los que sufren. Tras condenar con fuerza el flagelo del narcotráfico y exhortar a la sociedad a tener valor para detenerlo, llamó a los jóvenes a "no dejarse robar la esperanza". En una jornada marcada por un frío inusual y lluvias torrenciales, después de haberse mezclado entre la multitud en Aparecida, un santuario a 200 kilómetros donde estuvo por la mañana, la visita de Francisco al hospital estuvo cargada de momentos de gran vibración.
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