Apuntamos Alto: Pobreza Cero |
Todos los días Emanuel Onoratto se levanta temprano, comparte unos mates con su mamá y se acerca a la Granja Agro-ecológica Los Tamariscos. “La granja me cambió la vida. Acá se aprende no solo la parte técnica del trabajo, sino también cosas de la vida, yo aprendí a escuchar y a tener amigos de verdad” afirma.
La Granja Los Tamariscos es un espacio educativo enmarcado en los principios de la agro-ecología y la Economía Solidaria que fue creado hace 10 años por Cáritas Bahía Blanca con el objetivo de ofrecer a los jóvenes de la ciudad y alrededores un lugar de participación, proyección laboral y crecimiento personal y grupal.
Emanuel es uno de los tantos testimonios del lema que Caritas eligió para la Colecta Anual: Apuntamos Alto: Pobreza Cero. Este objetivo, en palabras de Monseñor Oscar Ojea, Presidente de Cáritas Argentina, “es un plan de máximas, no de mínimas; un plan de compromiso total con los pobres, de jugarnos por entero.”
Emanuel es uno de los tantos testimonios del lema que Caritas eligió para la Colecta Anual: Apuntamos Alto: Pobreza Cero. Este objetivo, en palabras de Monseñor Oscar Ojea, Presidente de Cáritas Argentina, “es un plan de máximas, no de mínimas; un plan de compromiso total con los pobres, de jugarnos por entero.”
Cáritas brinda su ayuda a muchos hermanos necesitados en todo el país contando con el aporte y el compromiso solidario de la sociedad argentina. Esta acción se lleva adelante en 66 diócesis y más de 3.500 parroquias, capillas y centros misionales, llegando directamente a las personas y comunidades más afectadas por la pobreza y la exclusión.
Con este espíritu y bajo la convicción de que es realmente posible construir una nación cimentada en la equidad la justicia social, la fraternidad y el bien común, Caritas invita una vez más a toda la sociedad a asumir un “compromiso total con los pobres; a jugarnos por entero”.
La gran respuesta solidaria de los argentinos frente a nuestros hermanos damnificados por las inundaciones del mes de abril ha demostrado un espíritu de sincera generosidad y entrega. Esta misma disposición a dar y darnos se la debemos a todos los argentinos que padecen situaciones de pobreza y exclusión.
La Colecta Anual de Cáritas es una oportunidad para llegar a tantos hogares que necesitan de nuestra solidaridad en todo el país. Los invitamos a conocer algunas historias que, como la de Emanuel, dan testimonio de la importancia de apuntar alto frente a la adversidad:
Con este espíritu y bajo la convicción de que es realmente posible construir una nación cimentada en la equidad la justicia social, la fraternidad y el bien común, Caritas invita una vez más a toda la sociedad a asumir un “compromiso total con los pobres; a jugarnos por entero”.
La gran respuesta solidaria de los argentinos frente a nuestros hermanos damnificados por las inundaciones del mes de abril ha demostrado un espíritu de sincera generosidad y entrega. Esta misma disposición a dar y darnos se la debemos a todos los argentinos que padecen situaciones de pobreza y exclusión.
La Colecta Anual de Cáritas es una oportunidad para llegar a tantos hogares que necesitan de nuestra solidaridad en todo el país. Los invitamos a conocer algunas historias que, como la de Emanuel, dan testimonio de la importancia de apuntar alto frente a la adversidad:
Protagonistas del trabajo que Cáritas realiza en Bahía Blanca
Cintia Cuya tiene 20 años, vive con sus abuelos y sus tíos, cursa el tercer año del Polimodal y cuando comenzó a participar de las actividades en La Granja era la única mujer. Sin embargo, eso no resultó ser un obstáculo para ella porque desde el primer día se siente muy cómoda: “La Granja te ayuda mucho, a crecer y a aprender. Es un lugar donde te sentís bien porque hacés cosas, estás con gente y compartís. Hay mucha contención acá, es como una segunda familia.”
Emanuel Onoratto, otro joven que participa en las actividades de La Granja, nos comparte su experiencia: “La Granja me ayudó en miles de cosas, con mi papá coincidimos que desde que entré me cambió la vida, aprendí un montón de cosas, pasé de ser un pibe de barrio a tener una responsabilidad y hasta el hablar me cambió. Yo tenía cero responsabilidad y eso es lo primero que aprendes acá.”
Ernesto Barrigas tiene 57 años y su testimonio de vida evidencia su fortaleza, sus esperanzas y las ganas de seguir adelante. “Yo tengo una historia que es tremenda, se me murió un hijo, me quedé ciego y perdí una casa. Pero tengo mucha fe y siempre supe que iba a poder con todo eso. Así llegué a Cáritas, dónde encontré mucho apoyo y ellos me ayudaron a volver a tener un hogar. Hoy recuperé la vista y trabajo para mi comunidad.”
María Luisa Tolaba tiene 55 años, vive con su marido y uno de sus tres hijos en Bahía Blanca y tiene un trabajo muy particular: cultiva diferentes variedades de cactus, que luego vende con macetas hechas artesanalmente por ella. Al hablar de su emprendimiento Luisa afirma: “Con la ayuda de Cáritas accedí a créditos que me permitieron ir avanzando, comprando semillitas, tierra y todo lo necesario. Así empecé y hoy tengo mi emprendimiento con tres invernaderos. Estoy muy agradecida porque sin esa ayuda no podría haber hecho lo que hice”.
Emanuel Onoratto, otro joven que participa en las actividades de La Granja, nos comparte su experiencia: “La Granja me ayudó en miles de cosas, con mi papá coincidimos que desde que entré me cambió la vida, aprendí un montón de cosas, pasé de ser un pibe de barrio a tener una responsabilidad y hasta el hablar me cambió. Yo tenía cero responsabilidad y eso es lo primero que aprendes acá.”
Ernesto Barrigas tiene 57 años y su testimonio de vida evidencia su fortaleza, sus esperanzas y las ganas de seguir adelante. “Yo tengo una historia que es tremenda, se me murió un hijo, me quedé ciego y perdí una casa. Pero tengo mucha fe y siempre supe que iba a poder con todo eso. Así llegué a Cáritas, dónde encontré mucho apoyo y ellos me ayudaron a volver a tener un hogar. Hoy recuperé la vista y trabajo para mi comunidad.”
María Luisa Tolaba tiene 55 años, vive con su marido y uno de sus tres hijos en Bahía Blanca y tiene un trabajo muy particular: cultiva diferentes variedades de cactus, que luego vende con macetas hechas artesanalmente por ella. Al hablar de su emprendimiento Luisa afirma: “Con la ayuda de Cáritas accedí a créditos que me permitieron ir avanzando, comprando semillitas, tierra y todo lo necesario. Así empecé y hoy tengo mi emprendimiento con tres invernaderos. Estoy muy agradecida porque sin esa ayuda no podría haber hecho lo que hice”.
Los invitamos a acercarse a La Granja y conocer a sus protagonistas:
http://www.caritas.org.ar/htm/colecta15-2013.htm
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