El Papa se comunicó con otros argentinos
A las 14.57 de anteayer, en el teléfono del jefe de la Fundación La Alameda, Gustavo Vera, el papa Francisco grabó el siguiente mensaje: "Hola Gustavo, soy Bergoglio, te llamo para saludarte y desearte un feliz cumpleaños. Un abrazo". Vera, que cumplió 49 años, no pudo atender la llamada, porque en ese momento se encontraba en la marcha por los 37 años del golpe militar. Se trató de un saludo que Bergoglio le hace todos los años... sólo que nunca antes siendo papa. La relación entre Vera, militante contra el trabajo esclavo y la trata de personas, y Bergoglio, que acompañó esa lucha, lleva varios años. Dada la estrecha relación entre ambos, en varias oportunidades Bergoglio ofició misas en espacios públicos, como la plaza Constitución, para llevar su apoyo y su mensaje a favor de la causa.
UNA HABITUAL CHARLA DE DOMINGO CON LA VIUDA DE MONSEÑOR PODESTÁ
Celia Luro, viuda de Jerónimo Podestá, que fue obispo de Avellaneda hasta que dejó los hábitos para casarse con ella, es amiga de Jorge Bergoglio. Como solía hacer todos los domingos antes de convertirse en papa, Bergoglio la llamó anteayer por la tarde. Según contó Luro, no hablaron de su lucha contra el celibato en la Iglesia, porque no quiso cargarlo con esa responsabilidad. "No pretendemos que toque el tema del celibato, porque es ríspido. Es un tema que tiene que sacar cuando esté instalado, porque es un tema difícil", dijo Luro a Radio 10. "El Vaticano está con muchos problemas y Bergoglio va a tener que enfrentarlos todos", agregó. Luro contó que es amiga del ex arzobispo de Buenos Aires desde que él le llevó la unción de los enfermos a Podestá, antes de su muerte, hace 12 años.
EL AGRADECIMIENTO A UN MISIONERO DEL FIN DEL MUNDO
El sacerdote Alejandro Pezet, misionero en el Valle de Lerma, en Salta, fue otro de los argentinos que recibieron ayer una inesperada y grata llamada del Papa. "Yo le había escrito una carta hacía unos días, y él me llamó para agradecerme y ver cómo estaba todo por acá", contó a LA NACION Pezet, emocionadísimo. Charlaron sobre cómo estaban las cosas en ese "rincón del fin del mundo", a donde el propio Bergoglio lo envió hace unos años, y, como siempre, el Papa pidió que recen por él. "Creo que esta llamada muestra cómo Francisco se acuerda de todos los argentinos, incluso de los que están más solos y alejados, en un rincón del fin del mundo", dijo Pezet, que cuando quiso felicitar al Papa por su trabajo, éste, con el humor que lo caracteriza, le respondió: "Yo no estoy haciendo nada, a mí me pusieron acá".
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