testigos del Reino


Las monjas "villeras" ayudan a buscar lo que muchos creen que está perdido: la esperanza
Diario La Gaceta (San Miguel, Tucumán) – Sección Tucumanos – Por Magena Valentié – 27.09          

"¿Querés saber lo que hacemos...? ¡'Vení! ¡Seguinos!", desafía, divertida, la hermana Patricia Silva. Su rostro trigueño es el de una perfecta tucumana -nació en Banda del Río Salí - pero su tonada olvidó los orígenes desde que entró al mundo sin naciones de las religiosas. Esta vez no sube en su bicicleta como todos los días; ella y la hermana Ada Fiorini (italiana) aceptan cruzar en el auto de LA GACETA la autopista que separa la casa de las Hermanas Mínimas de Nuestra Señora del Sufragio del barrio La Costanera, donde tienen su "misión".
"Ehhh! Ahí van las hermanas! ¡Hola!", gritan dos chicos descalzos que apuran el paso sobre el barro blando. "Bueeenas ...", saluda sonriente una señora de unos 70 años que también camina descalza. Hace 20 años, La Costanera era sólo una villa pobre a la orilla del río Salí; hoy sigue siendo una villa pobre pero está llena de adolescentes y de niños cuya única preocupación es conseguir droga.

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