Diario La Nación – Sección Sociedad - Por Teodelina Basavilbaso
La histórica Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), que cuenta con más de 16.000 miembros en el país, cumplió ayer 110 años y celebra sus aportes al fortalecimiento de la sociedad argentina. Esta asociación ecuménica, abierta y participativa es, por su amplio abanico de actividades,
como un caleidoscopio de aportes sociales. El núcleo común que unifica y da sentido a todas sus actividades -deportivas, educativas, culturales, campamentos, colonias de verano, parlamentos infantiles y adolescentes, y reuniones de padres- es la transmisión de valores orientados sobre los principios cristianos. "Estos se pueden trasmitir a través de cualquier actividad, incluyendo el deporte que es una herramienta educativa formidable, a través del ambiente, los hábitos, el lenguaje, el respeto por el otro, la camaradería y el compartir", dice Norberto Rodríguez, secretario general de YMCA Argentina. Una de las caras de esta entidad es su intensa acción con los sectores más vulnerables a través de sus siete establecimientos educativos -dos escuelas primarias, dos secundarias y dos centros de formación profesional- ubicados en La Matanza, Escobar, Avellaneda y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los alumnos pagan una cuota mínima y el Estado provincial de Buenos Aires aporta gran parte de los salarios para sus docentes. Su foco principal está puesto en generar experiencias educativas de calidad que aseguren la igualdad de oportunidades. Un ejemplo de esto es la reciente incorporación de inglés intensivo como parte de su currícula en su escuela primaria y secundaria de La Matanza.
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