| Una de las expresiones más provocadoras del evangelio es esa en la que Jesús dice que antes pasará un camello por el ojo de una aguja que un rico entrará en el Reino de los cielos. El camello no se refiere al animal del desierto, sino al hilo de coser (que tiene su dificultad para enhebrarlo); y la riqueza es muchas formas de encerrarse en lo que uno posee (material, social, talentos, memorias…). Pero, por muchos matices que le pongamos, sigue siendo una declaración exigente. Para entrar en el Reino de los cielos hay que hacerse pobre, libre, desprendersede tantas cosas que en el día a día son cadenas para cada uno de nosotros. | |
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