Martirologio y efemérides latinoamericanos:
2.8.1981:
Carlos Pérez Alonso, sacerdote jesuita, apóstol de los enfermos y de los presos, luchador por la justicia, desaparecido en Guatemala.
Mt 13 54-58 EVANGELIO EN AUDIO
La incomprensión e incredulidad hacia Jesús lleva a la misma gente cercana a Él a rechazarlo y cuestionar su valía al mensaje que proclamaba. Jesús no es el primer profeta rechazado, ya Jeremías había sufrido algo muy parecido en su momento y por lo mismo en nuestro tiempo, cuando ejercemos nuestro ser profético exhortando, anunciando o denunciando, no nos sintamos desanimados cuando, como a Jesús o los profetas, nos rechacen hasta los más cercanos en quien creíamos podíamos sentir seguridad. El problema es que la gente no esperaba en tiempos de Jesús, de Jeremías o en los nuestros que podamos hacer “hazañas” fuera de nuestra capacidad que ellos piensan tenemos. Cuán fácil es juzgar por la apariencia pero cuán engañoso es. En nuestros ambientes el apellido o el origen tienen más peso que lo que uno es o hace. Caemos en el mismo error de todos los tiempos: “¿De dónde saca todo esto?” Abramos nuestro corazón a la sabiduría que habita en todos. ¿Cuántas veces me dejo seducir por las apariencias?
Preparamos la liturgia del domingo 18º durante el año
Anáfora:
Austeridad. Queremos
imitar a Jesús, seguir sus enseñanzas, que nos invitan a la austeridad
personal. Envíanos tu espíritu, líbranos de la esclavitud del dinero, que
aprendamos a repartirlo y a emplearlo en hacer felices a los demás.
Carlos Pérez Alonso, sacerdote jesuita, apóstol de los enfermos y de los presos, luchador por la justicia, desaparecido en Guatemala.
Mt 13 54-58 EVANGELIO EN AUDIO
La incomprensión e incredulidad hacia Jesús lleva a la misma gente cercana a Él a rechazarlo y cuestionar su valía al mensaje que proclamaba. Jesús no es el primer profeta rechazado, ya Jeremías había sufrido algo muy parecido en su momento y por lo mismo en nuestro tiempo, cuando ejercemos nuestro ser profético exhortando, anunciando o denunciando, no nos sintamos desanimados cuando, como a Jesús o los profetas, nos rechacen hasta los más cercanos en quien creíamos podíamos sentir seguridad. El problema es que la gente no esperaba en tiempos de Jesús, de Jeremías o en los nuestros que podamos hacer “hazañas” fuera de nuestra capacidad que ellos piensan tenemos. Cuán fácil es juzgar por la apariencia pero cuán engañoso es. En nuestros ambientes el apellido o el origen tienen más peso que lo que uno es o hace. Caemos en el mismo error de todos los tiempos: “¿De dónde saca todo esto?” Abramos nuestro corazón a la sabiduría que habita en todos. ¿Cuántas veces me dejo seducir por las apariencias?
Preparamos la liturgia del domingo 18º durante el año
Este domingo, las
lecturas y el evangelio ponen sobre la mesa temas como la codicia o el
verdadero lugar de los bienes materiales.
LECTURAS Y COMENTARIO Lecturas y comentario en audio (Justino)
LECTURAS Y COMENTARIO Lecturas y comentario en audio (Justino)
José
Luis Sicre: Dos sabios ante la riqueza. Jesús advierte del
peligro de la codicia y de pensar que la abundancia de bienes garantiza la
vida. Esta enseñanza la justifica, como es frecuente en él, con una parábola.
Fray
Marcos: Las seguridades son una trampa. Solo lo que des de ti mismo te hará crecer
en humanidad.
José Antonio Pagola: Contra la insensatez. Desde la Iglesia de
Jesús, presente en toda la Tierra, se debería escuchar el clamor de sus
seguidores contra tanta insensatez.
Dolores
Aleixandre: Lucas, Hitchtcok y humor negro. Aquellos graneros son
el símbolo de ese modo de vivir que tan bien conocemos: hay que defender
“el grano” de lo que poseemos, y para eso, hay que levantar muros protectores
que lo pongan a salvo.
Florentino
Ulibarri: Corazones y corazones. Unos son como castillos o como ciudades
inexpugnables, que todo lo guardan hasta que envejecen. Otros son praderas,
casas solariegas, donde todo nace, florece y fructifica.
Vicky
Irigaray: Compartir nuestra vida y nuestros bienes. De nada sirve la
acumulación de bienes; y quien piensa que la vida depende del atesorar riquezas
es un insensato.
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