Diario La Nación – Sección El Mundo - Por Mariela Rubio (El País)
"¿Qué recuerdo del combate del sábado? Les dimos fuerte. ¡Muy fuerte!", contesta un joven soldado del ejército sirio mientras mira de reojo a su compañero. Ambos están apostados a la entrada de Malula, donde milicianos rebeldes y fuerzas del régimen se enfrentan a sangre y fuego desde la semana pasada. La explosión de un coche bomba conducido por un suicida se llevó por delante parte del arco de ladrillo color ocre cuyos restos están esparcidos por la calzada. Pero sigue intacto el cartel de "Welcome to Malula", que recuerda el pasado turístico de esta localidad, conocida en todo el mundo porque sus habitantes transmitieron de generación en generación el arameo, la lengua que hablaba Jesucristo.
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