Diario La Nación – Sección Sociedad - Por Silvina Premat – 15.09
Cuando se difundió que el Vaticano había definido como un "milagro" la recuperación de uno de sus pacientes, fue felicitado por muchos colegas, pero también fue criticado por muchos más. "Yo nunca hablé de milagro, yo dije que lo que pasó fue extraordinario y superó las expectativas", dijo a LA NACION Vicente Montenegro, el médico que atendió al niño que, según la Iglesia, fue curado por Dios tras la intercesión del padre José Gabriel Brochero. En la ceremonia de ayer, Montenegro estuvo junto a Nicolás Flores, el "milagrado" -objeto de una intervención divina-, que hoy tiene 13 años, y su familia. Nicolás tenía once meses cuando en septiembre de 2000 sufrió un trágico accidente automovilístico en el que falleció su abuelo, su abuela se quebró los brazos y su madre, Sandra Violino, las piernas. Nicolás tuvo una fractura de cráneo con pérdida de masa encefálica del hemisferio izquierdo del cerebro, sufrió otras lesiones en el hemisferio derecho y sobrevivió a tres paros cardiorrespiratorios, uno de ellos de quince minutos. Su padre, Osvaldo Flores, el único de los pasajeros ilesos en aquel accidente, lo asistió y pidió a Brochero que intercediera para que Nicolás viviera.
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