Diario La Nación – Sección El Mundo - Por Elisabetta Piqué
No hay duda de que corren aires nuevos en el Vaticano, aires de búsqueda de diálogo con los ateos. Si hace unas semanas Francisco sorprendió al mundo al escribirle una carta al fundador del diario La Repubblica -el veterano periodista e intelectual Eugenio Scalfari, no creyente- en respuesta a unos editoriales, ayer quien llamó la atención fue su antecesor Benedicto XVI, papa emérito, que hizo algo muy parecido,
al negar que haya encubierto abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes católicos. Pese a que cuando renunció al papado, en febrero pasado, afirmó que llevaría una vida retirada del mundo, Joseph Ratzinger, de 86 años, rompió el silencio que se había autoimpuesto para instaurar un diálogo con un famoso ateo italiano. Seguramente de acuerdo con Francisco -que vive a pocos metros del convento Mater Ecclesiae, donde vive el papa emérito desde el 1° de mayo-, le escribió una extensa carta al matemático y ensayista Piergiorgio Odifreddi, que en parte fue publicada en exclusiva por La Repubblica.
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