Diario Página 12 – Sección El País - Por Alejandra Dandan
A la luz de este mapa, la provincia de La Rioja parece otra. Los treinta nombres de sacerdotes localizados con flechas y señales en cada una de sus comunidades son producto de las actividades del espionaje ilegal del departamento de Inteligencia de la policía de La Rioja durante la dictadura.
Entre los nombres no están ni el obispo Enrique Angelelli ni los dos sacerdotes asesinados en Chamical, Carlos Murias y el francés Gabriel Longueville, sobre cuyos crímenes se hizo justicia el viernes. El mapa y las referencias se hicieron después de sus asesinatos, el 1º noviembre de 1977. Los espías llamaron al informe “Sacerdotes Tercermundistas existentes en La Rioja” y en el juicio oral que acaba de concluir se tomó como una de las pruebas que puso en evidencia que los crímenes de los dos mártires de Chamical deben leerse en el contexto de lo que singularizó a la represión en la provincia de La Rioja y que este mapa revela como una poderosa fotografía: que existió un plan de “persecución sistemática” a los integrantes de la pastoral del obispo Enrique Angelelli, asesinado poco después de los curas.
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