Lo que los jóvenes aún necesitan aprender

Diario La Nación – Opinión - Por Guillermo Jaim Etcheverry
  El progresivo distanciamiento entre las generaciones, que amenaza con quebrar el lazo que las une, constituye una de las principales causas de la crisis que enfrenta la tarea de educar. Como he comentado en estas páginas, los mayores estamos dejando aislados a los jóvenes al considerar que no tenemos casi nada para enseñarles. Las tendencias sociales predominantes nos han convencido erróneamente de que niños y jóvenes cuentan con las herramientas necesarias para construirse como personas porque manejan con soltura la tecnología de esta época, que no es en absoluto compleja. Esa actitud de temor reverencial, que además es útil para disimular un cierto desinterés por los otros, afirma a los jóvenes en la autosuficiencia que define la etapa evolutiva que atraviesan. Pero nuestra deserción deja a los jóvenes abandonados, indefensos ante la voracidad de quienes sólo los conciben como entusiastas consumidores y están muy poco interesados en su desarrollo como personas. Una metáfora clara de la situación actual es que a los humanos ahora se nos considera "recursos" de una sociedad que busca asimilarse a una empresa en lugar de constituir un proyecto de vida en común. Nuestra época idolatra lo joven hasta el punto de haber convertido un transitorio período formativo en estación de llegada en la que todos queremos permanecer de manera casi indefinida.

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