Lampedusa, el lugar del Papa

Diario Página 12 – Sección El Mundo - Por Elena Llorente
 No sólo los habitantes de Lampedusa se sienten acongojados por la hilera de muertos en la playa sacados de la barcaza hundida, sino que el triste espectáculo conmovió hasta las lágrimas a varios de los que ayudaban a los sobrevivientes, a los periodistas que transmitían la noticia, a los políticos y por supuesto al papa Francisco
que, conociendo la triste realidad de esa isla, hizo a Lampedusa su primer viaje como pontífice en julio. Entonces se encontró con algunos migrantes y tiró una corona de flores al mar en memoria, precisamente, de los que allí desaparecen cada año. “Observando la realidad actual, me pregunto si hemos entendido la lección de la Pacem in Terris. Me pregunto si las palabras justicia y solidaridad están sólo en el diccionario o todos nos esforzamos para que sean una realidad”, dijo el papa Francisco al recibir en audiencia ayer a los participantes en el encuentro que conmemoraba el 50º aniversario de la encíclica del próximo santo Juan XXIII. Al concluir el encuentro, el Papa se refirió directamente a la tragedia de ayer. “Y hablando de paz, hablando de la inhumana crisis económica mundial, que es un síntoma grave de la falta de respeto hacia el hombre, no puedo dejar de recordar con gran dolor las numerosas víctimas del enésimo trágico naufragio hoy en el mar de Lampedusa. Me viene a la mente la palabra vergüenza. ¡Es una vergüenza! Recemos juntos a Dios por los que han perdido la vida: hombres, mujeres, niños, por las familias y por todos los refugiados. ¡Unamos nuestras fuerzas para que no se repitan tragedias de este tipo! Sólo una colaboración decidida por parte de todos puede ayudar a prevenirlas.”

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