EL HIMNO TE DEUM LAUDAMOS


Su origen se remonta posiblemente a la primera mitad del siglo IV (antes del nacimiento de san Ambrosio). En su forma actual se encuentra por primera vez en Irlanda del Norte, alrededor del año 690. Desde el siglo IX se conocen también diversas traducciones. Se lo suele denominar también como Himno ambrosiano, pues se atribuye a san Ambrosio de Milán (340-397),
aunque una leyenda indica que lo compuso en común con san Agustín de Hipona (354-430). Cuando en el año 387 san Agustín recibió el sacramento del bautismo de manos de san Ambrosio —sigue diciendo la leyenda—, Ambrosio entonó este himno y Agustín iba respondiendo a sus versos.
En Argentina, los Te Deum se enmarcan a lo largo de nuestra historia.  A las pocas horas de la derrota del invasor inglés, y ya instalado el primer Gobierno Patrio, sus integrantes celebraron este gran acontecimiento con un solemne Te Deum en acción de gracias, y así lo notificó la Junta al Cabildo Eclesiástico. Este se llevó a cabo el 30 de mayo de 1810, y tuvo como orador al presbítero Dr. Diego Estanislao de Zavaleta. A la Primera Junta corresponde también el honor de haber documentado la primera profesión de Fe católica en nuestra historia independiente. En la célebre proclama emitida al día siguiente de la Revolución, y en la cual el primer Gobierno Patrio daba a conocer sus propósitos exponiendo el ideal de mayo, la religión aparece como el primer cuidado del gobierno provisional.
Luego se continuaron celebrando en momentos tan trascendentes como la instalación de los Congresos de Tucumán (1816) y Santa Fe (1852) - que dio origen al admirable Sermón de la Constitución-; o aquel  celebrado ante el presidente Figueroa Alcorta, la infanta Isabel y el presidente chileno Montt en la Catedral de Buenos Aires con motivo del Centenario de la Patria.
Hasta nuestros días el Te Deum se celebra en las fiestas patrias en las distintas Catedrales y en las principales iglesias de ciudades y pueblos del país.

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