Exégesis de Francisco: para Thatcher, el limbo


Diario Ámbito Financiero – Por Ezequiel Rudman

El mensaje de Francisco por la muerte de la ex premier británica, Margaret Thatcher, fue uno de los más ambiguos y críticos emitidos por un jefe de Estado. En un sutil ejercicio protocolar, el Papa la calificó como pecadora y encomendó su alma al perdón divino. En el Episcopado realizaron una exégesis religiosa de las palabras del Santo Padre, quien, si bien se declaro entristecido por el fallecimiento, dejó en un virtual limbo el alma de quien ordenó el hundimiento del buque General Belgrano en la Guerra de las Malvinas, sin asegurarle el ascenso al cielo. Dejó el ascenso celestial del alma de Thatcher supeditado al perdón de Dios. El sucesor de Pedro, explicaron religiosos que trabajaron junto a Jorge Bergoglio en el Episcopado, se refirió a Thatcher como una pecadora que deberá obtener el perdón de Dios. No encomendó simplemente el alma de la ex primera ministra al cuidado o a la gracia del Todopoderoso, sino a su "misericordia". Textualmente, Jorge Bergoglio, quien defendió la causa Malvinas durante su paso por el Arzobispado, confió "su alma a la misericordia de Dios, asegurando sus oraciones a sus familiares y al pueblo británico". Quienes están acostumbrados a leer entre líneas las homilías del jesuita, percibieron la sutileza.

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