visita del Papa a Cuba


Fidel, a Benedicto XVI: "¿Qué hace un papa?"
Diario La Nación – Sección Exterior - Por Elisabetta Piqué

"¿Qué hace un papa?" En el encuentro que finalmente tuvieron ayer Benedicto XVI y Fidel Castro, el "líder máximo" de la Revolución bombardeó a preguntas al líder de la Iglesia Católica, según contó el vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi. En las imágenes difundidas inmediatamente después del encuentro, llamó la atención el aspecto del líder cubano, que estaba muy desmejorado y envejecido respecto de sus anteriores apariciones públicas. La última vez que se lo vio fue el 4 de febrero, durante la presentación de su autobiografía. Ayer, en una suerte de "entrevista al Papa", Fidel al principio quiso saber más sobre los cambios que hubo en al liturgia de las misas desde que él era joven. Educado por los jesuitas, Fidel Castro -que ayer vestía ropa deportiva negra, camisa a cuadros y bufanda- siempre estuvo interesado en la religión, más allá de que prácticamente la prohibió al proclamar la victoria de la Revolución y una república socialista y atea hace 53 años.



No derribó muros, pero sembró semillas
Diario La Nación – Opinión - Por Elisabetta Piqué

No derribó ningún muro. Y, para algunos, cometió un grave error al reunirse durante 30 minutos con Fidel Castro, pero ni uno con el grupo disidente de las Damas de Blanco, que le habían pedido sólo eso: un minuto. Sin embargo, la visita de Benedicto XVI a Cuba, la segunda de un pontífice en 14 años, opacada también por una oleada de arrestos de opositores, que ayer seguían con sus celulares bloqueados, no puede considerarse un fracaso. Al contrario, para muchos sembró semillas para nuevos avances en Cuba, un país en transición política evidente, que está "actualizando" su sistema socialista, a todas luces desastroso, que si bien formalmente se resiste a hacer cambios políticos -como indicó anteayer un  miembro de la cúpula del partido-, lentamente, está cambiando. Inútil decir que la visita de Benedicto XVI fue totalmente distinta de la que hizo Juan Pablo II, el papa que derrumbo el comunismo, en enero de 1998. Al margen de que son dos personalidades totalmente distintas, como es sabido, se trata de visitas que se inscriben en dos momentos históricos muy diferentes de la isla. La famosa frase de Juan Pablo II, "que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba", aún no se hizo realidad. Pero desde 1998 cambiaron muchas cosas para la Iglesia Católica cubana. Aunque sigue reclamando poder tener escuelas y más libertad de expresión a través de medios de comunicación libres -radio, canales de TV, diario-, sí ha recuperado algún espacio de poder.

Texto completo: http://www.lanacion.com.ar/1460498-no-derribo-muros-pero-sembro-semillas



En la Plaza de la Revolución, el Pontífice criticó la falta de libertad
Diario Clarín – Sección Mundo – Por Sergio Rubin

En su último día en Cuba, al pie de la escalera del avión que lo llevaría de regreso a Roma, el papa Benedicto XVI disparó ayer la munición política más gruesa contra el régimen comunista en todo su viaje al formular una enérgica exhortación a los cubanos para que luchen por la construcción de una sociedad libre. Frente a un gobierno que apenas ensaya tibios cambios económicos y se resiste a encarar reformas políticas, el pontífice advirtió que “la hora presente reclama de forma apremiante (…) que se destierren posiciones inamovibles y los puntos de vista unilaterales”. Al tiempo que abogó para que –en la construcción de un nuevo país– “ nadie se sienta impedido de sumarse a esta apasionante tarea por la limitación de sus libertades fundamentales”. Benedicto XVI pronunció sus vibrantes palabras delante del presidente Raúl Castro, que acudió a despedirlo y que, pese a los con ceptos papales, en todo momento se mostró muy cordial con el pontífice, al igual que en todos sus encuentros.


La Iglesia en Cuba: perseguida primero y respetada después
Diario Clarín – Sección Mundo – Por Sergio Rubin

“Su santidad, hemos encontrado enormes coincidencias ”, terminó diciendo ayer Raúl Castro al Papa casi al pie de la escalerilla del avión que lo llevaba a la Santa Sede. Fue el punto y final a tres días de visita oficial de Benedicto XVI a la isla. Pero entre la histórica frase de ayer y la excomunión de Fidel Castro en los años 60 transcurrieron más de 50 años en los que la Iglesia ha pasado de estar proscripta y casi perseguida   a ser el único interlocutor respetado tanto por el gobierno como por la oposición. “No sé las creencias que tiene Fidel Castro lo que sí me consta es que no es un miembro activo de la comunidad”, señaló diplomáticamente el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, para referirse al escaso interés del mayor de los Castro por la religión. “Fidel no es religioso ni familiar, es algo que no le importa nada , a diferencia de Raúl, que cree que la familia y la religión son ejes fundamentales para vertebrar una sociedad”, señala a Clarín una fuente diplomática europea que ha convivido con ambos. Los biógrafos de los Castro coinciden en señalar que Fidel nunca tuvo mucha cercanía con sus padres, sin embargo Raúl sí estuvo muy unido a su madre, una ferviente católica que le enseñó a rezar desde pequeño.



Benedicto XVI se reunió con Fidel y condenó el embargo sobre Cuba
Diario Tiempo Argentino – Sección Mundo

Benedicto XVI mantuvo ayer un cordial encuentro con el ex presidente y líder de la Revolución Cubana Fidel Castro y, antes de subirse al avión que lo llevó de vuelta al Vaticano, condenó el embargo que soporta la isla caribeña desde hace 50 años. En su última jornada de la gira por América Latina, el Papa se despidió de los fieles cubanos con una misa en la Plaza de la Revolución ante 300 mil personas en la que aseguró que tanto Cuba como el mundo “necesitan cambios”. “Que la luz del Señor no se apague en quienes la han acogido y ayude a todos a estrechar la concordia y a hacer fructificar lo mejor del alma cubana”, señaló Benedicto XVI al pie del avión de Alitalia, acompañado por el presidente Raúl Castro. Para ello, sostuvo, es importante que sus libertades no se vean agravadas “cuando medidas económicas restrictivas impuestas desde fuera del país pesan negativamente sobre la población”. Sus palabras resonaron en los oídos de los detractores del gobierno que habían depositado sus esperanzas en que Joseph Ratzinger se manifestara en contra del sistema político instaurado en Cuba desde la revolución de 1959. En cambio, el Sumo Pontífice esbozó una crítica directa al embargo impulsado por Estados Unidos, aunque sin nombrar al país norteamericano.


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