Diario La Nación – Sección El Mundo - Por Elisabetta Piqué
Francisco volvió ayer a sorprender al mundo: al visitar un centro de ayuda a los inmigrantes en esta capital, manejado por jesuitas, pidió que se usen los conventos vacíos para ayudar a los refugiados y no para lucrar, convirtiéndolos en hoteles de lujo. "Queridos religiosos y religiosas, los conventos vacíos no le sirven a la Iglesia para transformarlos en hoteles y ganar dinero. Los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo, que son los refugiados", dijo el Papa. "El Señor llama a vivir con generosidad y coraje la acogida en los conventos vacíos. Claro, no es algo simple, hacen falta criterio, responsabilidad, pero también hace falta coraje. Hacemos mucho, pero quizás estamos llamados a hacer más, recibiendo y compartiendo con decisión lo que la Providencia nos ha donado para servir", agregó el papa argentino.
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