El espíritu Francisco, forjado en Aparecida

Diario La Nación – Opinión - Por Víctor Manuel Fernández
    La visita del Papa al santuario de Aparecida tiene un alto contenido. Allí se desarrolló la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en 2007, en la que Jorge Bergoglio participó muy activamente. Él sabía que allí podían ocurrir dos cosas: o revivía el espíritu de comunión de la Iglesia en América latina o se lo terminaba de enterrar. Él supo generar una dinámica participativa, entusiasta y esperanzada. El documento final contiene las notas propias de una identidad eclesial latinoamericana: la opción por los pobres y la defensa de la dignidad humana junto con una espiritualidad profunda, la valoración de la cultura popular y, al mismo tiempo, un llamado al crecimiento y a la formación. El lenguaje y los acentos de Bergoglio están por todas partes, sin que el documento deje de ser una auténtica obra colectiva. Pero en Aparecida se trató una cuestión menos desarrollada en encuentros anteriores: la convocatoria a un intenso dinamismo misionero, a reformar la Iglesia para que salga de sí misma y sea capaz de llegar a todos, sin descuidar las periferias más abandonadas.

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