Un interesante artículo de Karen Anderson en la “Crisis Magazine” ilustra aspectos poco conocidos sobre las relaciones entre el cristianismo y la Ceremonia del Té
MARCO TOSATTIROMA
Un interesante artículo de Karen Anderson en la “Crisis Magazine” ilustra aspectos poco conocidos sobre las relaciones entre el cristianismo, la Ceremonia del Té y su fundador Sen no Rikyu. El jesuita portugués Joao Rodrigues (1506-1552), que escribió una historia de la Iglesia en Japón hace de esta ceremonia una descripción detallada y muy elogiosa, exaltando sus beneficios
sociales, espirituales y para la salud, pero, sobre todo, exaltándola porque abre la mente a consideraciones muy elevadas: la meditación, la sencillez, la belleza, el amor hacia la naturaleza y el valor del momento presente. Además, la Ceremonia del Té presupone y orienta hacia la pureza del espíritu. La semejanza formal con la gestualidad de la Misa tuvo un papel incluso en esta ceremonia. El silencio, la participación, la preparación densa de concentración son elementos comunes.
Sen no Rikyu (1522-1591), considerado el fundador de la Ceremonia tal y como la conocemos y practicamos, estaba casado con una mujer convertida al catolicismo. Tres (pero según otros historiadores serían cinco) de sus siete discípulos eran católicos. Sen no Rikyu asistió a una Misa en Tokyo y quedó impresionado. Según Karen Anderson la cercanía de Sen no Rikyu con el cristianismo jugó un papel negativo en sus relaciones con Toyotomi Hideyoshi, el shogun de Japón, que habría llegado a ordenar que Sen no Rikyu cometiera el suicidio ritual. En 1597, ordeó la crucifixión de 26 mártires de Nagasaki, evento que marcó el inicio de una persecución que habría durado dos siglos. Las Casas del Té fueron uno de los refugios preferidos de los cristianos que se escondían, los llamados “Kakure kirishitan”. En las Casas del Té se celebraban misas clandestinas y Anderson explica que, vistos desde el exterior, los gestos de la misa podían confundirse con los del ritual del Té. Algunas de las linternas que adornan las Casas del Té llevan, en la parte de adentro, que no se ve desde afuera, el anagrama de Jesucristo en giergo (JHS) o algunas imágenes de la Virgen.
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